viernes, 28 de noviembre de 2014

ÉTICA


IDENTIDAD

Del latín identitas, la identidad es el conjunto de los rasgos propios de un individuo o de una comunidad. Estos rasgos caracterizan al sujeto o a la colectividad frente a los demás. Por ejemplo: “El mate forma parte de la identidad rioplatense”, “Una persona tiene derecho a conocer su pasado para defender su identidad”.

La identidad también es la conciencia que una persona tiene respecto de sí misma y que la convierte en alguien distinto a los demás. Aunque muchos de los rasgos que forman la identidad son hereditarios o innatos, el entorno ejerce una gran influencia en la conformación de la especificidad de cada sujeto; por esta razón tienen validez expresiones tales como “estoy buscando mi propia identidad”.
En este sentido, la idea de identidad se asociada con algo propio, una realidad interior que puede quedar oculta tras actitudes o comportamientos que, en realidad, no tienen relación con la persona: “Sentí que había perdido mi identidad; comencé a aceptar trabajos que no me gustaban y con los que no tenía nada en común”.
Cada día salimos a la vida con distintas ganas o inquietudes, pero siempre con un previo  paso por el espejo. Allí es donde consultamos si estamos (o somos) lindos y, por supuesto, nos marca aquellas cosas que tenemos que camuflar para que no nos señalen por la calle o cuales dejar a la vista si, por el contrario, no queremos pasar desapercibidos.
Así, en nuestra cotidianidad buscamos consenso entre nuestro si-mismo ‘interior’ y aquella persona que se relaciona con el mundo, con los otros… Pero ese contraste puede generar inseguridades personales y desconfianza del entorno…






 ÉTICA


ALTERIDAD


Es decir, la alteridad viene a ser una buena muestra de interés por comprenderse. De ahí que se encargue por fomentar tanto el diálogo como los acuerdos e incluso las vías de paz a cualquier posible conflicto.
Alteridad es la condición de ser otro. El vocablo alterrefiere al “otro” desde la perspectiva del “yo”. El concepto de alteridad, por lo tanto, se utiliza en sentido filosófico para nombrar al descubrimiento de la concepción del mundo y de los intereses de un “otro”.
La alteridad hay que entenderla a partir de una división entre un “yo” y un “otro”, o entre un “nosotros” y un “ellos”. El “otro” tiene costumbres, tradiciones y representaciones diferentes a las del “yo”: por eso forma parte de “ellos” y no de“nosotros”. La alteridad implica ponerse en el lugar de ese “otro”, alternando la perspectiva propia con la ajena.
Precisamente por todo lo que es y lo que significa, normalmente cuando se habla de alteridad también viene a la mente otro concepto, el de otredad. A veces se emplean como sinónimos, no obstante, este último tenemos que decir que es aquel término que se utiliza para expresar que cuando una persona está entablando una conversación con otra lo que hace es adueñarse de ella. ¿Cómo hace eso? Recurriendo a frases habituales como “si yo fuera tú lo que haría sería…”.
Precisamente por lo que significan, por los valores que expresan y transmiten tanto la alteridad como la otredad se usan en determinados ámbitos de estudio como, por ejemplo, la Historia o la Antropología. Y es que sirven para entender las posturas de unas partes u otras en cualquier acontecimiento o hecho.
Esto quiere decir que la alteridad representa una voluntad de entendimiento que fomenta el diálogo y propicia las relaciones pacíficas. Cuando un hombre judío entabla una relación amorosa con una mujer católica, la alteridad es indispensable para entender y aceptar las diferencias entre ambos. En cambio, si se registra una escasa alteridad, la relación será imposible ya que las dos visiones del mundo sólo chocarán entre sí y no habrá espacio para el entendimiento.
La palabra alteridad proviene del latín alteritas del cual proviene el vocablo alter que significa “el otro” desde el punto de vista del “yo”.
La alteridad por lo tanto se usa en el sentido filosófico para nombrar los intereses de un “otro”, esto significa que existe una división entre el “yo” y el “otro”, o entre “nosotros” y “ellos”, en la que el “otro” tiene distintos intereses, costumbres o tradiciones a las del “yo” y por lo tanto es necesario ponerse en su lugar, tomado en cuenta la perspectiva ajena.
Entonces ésta es una representación de la voluntad que existe para el entendimiento, propicia el diálogo y las relaciones pacíficas.

Ejemplo de alteridad:
Cuando un hombre y una mujer con distintas creencias religiosas quieren unirse en matrimonio es necesario que exista alteridad para comprender las diferencias que hay entre los dos.
Por el contrario en caso de que ésta no exista, tener una relación armoniosa es muy difícil, ya que sus dos tipos de creencias se contraponen y no se da un punto para el entendimiento.
También aplica entre dos países que tienen culturas distintas y con la alteridad pueden tener una relación armónica puesto que respetarán las creencias, leyes y cultura del otro.
Pero en el caso de que ésta no existiera se daría la situación de que el país más fuerte dominara al otro imponiendo sus creencias, como ha sido el caso de muchos países conquistados, por ejemplo con la conquista de América.










 ÉTICA


EMPATIA

Esta palabra deriva del término griego empátheia, recibe también el nombre de inteligencia interpersonal (término acuñado por Howard Gardner) y se refiere a la habilidad cognitiva de una persona para comprender el universo emocional de otra.
Empatía
Antes de continuar será necesario separar dos conceptos que a veces se confunden, empatía y simpatía. Mientras el primero hace referencia a una capacidad, el segundo se refiere a un proceso absolutamente emocional que posibilita que percibamos los estados de ánimo del otro, pero no exige que los comprendamos.
La Inteligencia emocional es el sistema en el que se engloban todas las habilidades relacionadas con la comunicación entre el individuo y los sentimientos (ya sean propios o ajenos). Está compuesta por cinco destrezas: autoconciencia (comprender el origen de los sentimientos), control emocional (aprender a canalizar positivamente las emociones), motivación (encontrar razones para la superación y tener la capacidad de motivar a otros), manejo de las relaciones (relacionarse sanamente, respetando a los otros y haciéndose respetar). La empatía, es la quinta habilidad, y es la que nos permite percibir los sentimientos de los otros y hacer que se sientan menos solos. No es un don, todos podemos desarrollarla si lo deseamos, basta con abrir la mente e intentar captar la vida del otro desde su perspectiva y no desde nuestros ojos.
Para que la empatía exista es necesario que se dejen a un costado los juicios morales y los fenómenos de raíz afectiva (simpatía, antipatía); de tal modo que se pueda tener una actitud comprensiva pero no de compasión frente a la circunstancia del otro. Consiste en el esfuerzo de carácter objetivo y racional para llevar a cabo proceso de comprensión intelectual que permita comprender los sentimientos del otro. Por estas razones, es una de las herramientas que aprovechan los psicólogos en su tarea profesional para acercarse a sus pacientes.
En otras palabras, la empatía permite hacer referencia a la capacidad intelectiva de todo ser humano para vivenciar la forma en que otro individuo siente. Esta capacidad puede desembocar en una mejor comprensión de sus acciones o de su manera de decidir determinadas cuestiones. La empatía otorga habilidad para comprender los requerimientos, actitudes, sentimientos, reacciones y problemas de los otros, ubicándose en su lugar y enfrentando del modo más adecuado sus reacciones emocionales.
Resulta interesante resaltar que el desarrollo de la empatía exige un cierto nivel de inteligencia: por eso, quienes son diagnosticados con síndrome de Asperger, autismo o padecen algunas psicopatías carecen de esta habilidad cognitiva. Las personas con empatía, destacan los expertos, tienen la capacidad de oír a los demás y de comprender tanto sus problemas como cada una de sus acciones.
Desarrollar la empatía
Cuando una persona se siente sumamente angustiada y al ver a otra su estado de ánimo cambia rotundamente por el sólo hecho de estar con ella, experimenta la sensación de empatía. Para ello no es necesario que ambas personas vivan las mismas experiencias, sino que una de ellas tenga la capacidad de captar los mensajes no verbales, y también los verbales, que el otro transmite y de hacer exactamente lo que el otro necesita para sentirse comprendido de una forma única.
Un problema común que se presenta cuando dos personas intentan comunicarse, es que cuando una de ellas debe expresar sus sentimientos se retrae, evita el tema o simplemente intenta hacer un chiste que derive la conversación a un espacio donde pueda sentirse segura. Esto ocurre porque esa persona experimenta la presencia de ciertas barreras que se interponen entre ella, los sentimientos, y la otra persona.
Los elementos externos que influyen para que una persona no pueda expresarse, además de sus barreras internas, tienen que ver con la reacción que espera que el otro pueda tener. Para conseguir una buena relación empática es fundamental que al encontrarnos frente a una persona que nos expresa sus sentimientos evitemos las siguientes actitudes:
*Restarle importancia a aquello que lastima o preocupa a esa persona, buscando el modo de ridiculizar los sentimientos que tiene y de imponer razones para no sentir de esa forma;
*Predisponerse a la conversación con prejuicios, analizando lo que el otro manifiesta en base a nuestras ideas, acercándonos a él con un velo de creencias e ideas;
*Utilizar frases como “así no vas a lograr nada”, “¿por qué siempre terminás haciendo lo mismo?”, “etc”;
*Tener sentimientos de compasión para con el otro;
*Mostrarse como un ejemplo positivo, comparando la situación del otro con una experimentada por nosotros con anterioridad;
*Otras actitudes semejantes.
Con esta forma de actuar lo único que se consigue es que la persona afligida se aleje, que se esconda en su cascarón y que se plantee la posibilidad de no volver a tocar ese tema con ese individuo. Para que entre ambos se desarrolle una relación de empatía es necesario que el interlocutor se olvide de sí mismo y de sus principios e intente acercarse al mundo del otro, como si intentara aprender un idioma desconocido.
Antes de terminar, querríamos aclarar la verdadera importancia que tiene en un individuo el poder hablar acerca de sus sentimientos, una herramienta imprescindible para vivir en sociedad. Aprender a poner en palabras lo que se siente es algo que debe aprenderse en la infancia y es fundamental para conseguir una buenacomunicación emocional. Son los padres los que deben ayudar a sus hijos pequeños a descubrir y entender sus propios sentimientos y los de los demás. Aquellos que no puedan expresar cómo se sienten, difícilmente puedan desarrollar una verdadera empatía con alguien de su entorno, porque no podrán captar el mundo desde un punto de vista sensitivo.

















ÉTICA

 MORAL


La moral o moralidad (del latín mos, moris, ‘costumbre’) son las reglas o normas por las que se rige el comportamiento o la conducta de un ser humano en relación a lasociedad (normas sociales), a sí mismo, y a todo lo que lo rodea. Otra perspectiva la define como el conocimiento de lo que el ser humano debe hacer y/o evitar para conservar estabilidad social.1

El término «moral» tiene un sentido opuesto al de «inmoral» (contra la moral) y «amoral» (sin moral). La existencia de acciones y actividades susceptibles de valoración moral se fundamenta en el ser humano como sujeto de actos voluntarios. Abarca la acción de las personas en todas sus manifestaciones, además de que permite la introducción y referencia de los valores.

Los conceptos y creencias sobre moralidad llegan a ser considerados y codificados de acuerdo a una cultura, religión, grupo, u otro esquema de ideas, que tienen como función la regulación del comportamiento de sus miembros. La conformidad con dichas codificaciones también puede ser conocida como moral y se considera que la sociedad depende del uso generalizado de ésta para su existencia.

Hay diversas definiciones y concepciones de lo que en realidad significa la moralidad, y esto ha sido tema de discusión y debate a través del tiempo. Múltiples opiniones concuerdan en que el término representa aquello que permite distinguir entre el bien y el mal2 de los actos, mientras que otros dicen que son sólo las costumbres las que se evalúan virtuosas o perniciosas.

El concepto de moral se diferencia de la filosofía moral o ética en que ésta última reflexiona racionalmente sobre los diversos esquemas morales con la finalidad de encontrar principios racionales que determinen las acciones éticamente correctas y las acciones éticamente incorrectas, es decir, busca principios absolutos o universales, independientes de la moral de cada cultura.

La ética es un conjunto de conocimientos derivados de la investigación de la conducta humana al tratar de explicar las reglas morales de manera racional, fundamentada, científica y teórica. Es una reflexión sobre la moral.En el mismo plano que la ética está la moral. Es decir, el ser humano es un ser que tiene moral porque tiene el poder de reflexionar sobre aquello que está bien hecho y aquello que está mal hecho de acuerdo con el criterio de la rectitud. La moral muestra que el obrar virtuoso es aquel que perfecciona al ser humano a través de la realización del bien. La realización del bien se convierte en hábito cuando una persona interioriza una actitud concreta. La realización del bien eleva al ser humano por encima de sí mismo. Mientras que existen otros aspectos que tienen un valor de medio en relación con un fin, la realización del bien es un fin en sí mismo, es decir, una actitud recta que produce sastisfacción interior, bienestar y felicidad.








ÉTICA

(ETICA)

La ética se relaciona con el estudio de la moral y de la acción humana. El concepto proviene del término griego ethikos, que significa “carácter”. Una sentencia ética es una declaración moral que elabora afirmaciones y define lo que es bueno, malo, obligatorio, permitido, etc. en lo referente a una acción o a una decisión.

Por lo tanto, cuando alguien aplica una sentencia ética sobre una persona, está realizando un juicio moral. La ética, pues, estudia la moral y determina cómo deben actuar los miembros de una sociedad. Por lo tanto, se la define como la ciencia del comportamiento moral.
Claro que la ética no es coactiva, ya que no impone castigos legales (sus normas no son leyes). La ética ayuda a la justa aplicación de las normas legales en un Estado de derecho, pero en sí misma no es punitiva desde el punto de vista jurídico, sino que promueve una autorregulación.
La ética puede dividirse en diversas ramas, entre las que se destacan la ética normativa (son las teorías que estudia la axiología moral y la deontología, por ejemplo) y la ética aplicada (se refiere a una parte específica de la realidad, como la bioética y la ética de las profesiones).
Respecto a los autores fundamentales en el estudio de la ética, no puede obviarse al alemán Immanuel Kant, quien reflexionó acerca de cómo organizar las libertades humanas y de los límites morales. Otros autores que analizaron los principios éticos fueron Aristóteles, Baruch Spinoza, Jean-Paul Sartre,Michel Foucault, Friedrich Nietzsche y Albert Camus.
El ser humano tiene libertad, es decir, es dueño de sus acciones. Cualquier persona puede decidir entre hacer el bien o el mal. La justicia es la ciencia que regula el orden social con el objetivo de castigar esas acciones injustas que merecen una sanción.
 La ética está vinculada con la moral que rige el obrar correcto. La ética está marcada por normas que son la base para diferenciar entre el bien y el mal, uno de los temas filosóficos por excelencia.










ÉTICA

(RELACIONES INTERPERSONALES)












martes, 25 de noviembre de 2014

ÉTICA


IDENTIDAD

Del latín identitas, la identidad es el conjunto de los rasgos propios de un individuo o de una comunidad. Estos rasgos caracterizan al sujeto o a la colectividad frente a los demás. Por ejemplo: “El mate forma parte de la identidad rioplatense”“Una persona tiene derecho a conocer su pasado para defender su identidad”.

La identidad también es la conciencia que una persona tiene respecto de sí misma y que la convierte en alguien distinto a los demás. Aunque muchos de los rasgos que forman la identidad son hereditarios o innatos, el entorno ejerce una gran influencia en la conformación de la especificidad de cada sujeto; por esta razón tienen validez expresiones tales como “estoy buscando mi propia identidad”.
En este sentido, la idea de identidad se asociada con algo propio, una realidad interior que puede quedar oculta tras actitudes o comportamientos que, en realidad, no tienen relación con la persona: “Sentí que había perdido mi identidad; comencé a aceptar trabajos que no me gustaban y con los que no tenía nada en común”.
Cada día salimos a la vida con distintas ganas o inquietudes, pero siempre con un previo  paso por el espejo. Allí es donde consultamos si estamos (o somos) lindos y, por supuesto, nos marca aquellas cosas que tenemos que camuflar para que no nos señalen por la calle o cuales dejar a la vista si, por el contrario, no queremos pasar desapercibidos.

Así, en nuestra cotidianidad buscamos consenso entre nuestro si-mismo ‘interior’ y aquella persona que se relaciona con el mundo, con los otros… Pero ese contraste puede generar inseguridades personales y desconfianza del entorno…